Domingo, 05, May, 6:29 AM

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Por: Carlos Gómez – ing. Forestal

En general, las ferias que se celebran en Panamá están orientadas a resaltar la producción agrícola, pecuaria, las artesanías y de paso, se ofrecen comidas regionales y típicas según el área donde se desarrollan. A lo largo del año, se tiene un calendario de ferias agropecuarias tanto nacionales como internacionales.

A la fecha, no se celebran ferias relacionadas al bosque que permitan visibilizar el valor que el mismo tiene por su alta biodiversidad tropical. Es el momento de mostrar a través de estas ferias, el tesoro biodiverso que los bosques tienen para su uso sostenible en beneficio de las comunidades rurales e indígenas.

En los tiempos actuales, el cambio climático nos recuerda la fragilidad de los ecosistemas naturales y cómo los estamos destruyendo paulatinamente. La pérdida de bosque continúa disminuyendo la oferta de bienes (madera y productos no maderables) y de servicios ecosistémicos.

Ante este panorama, nos queda el reto de ¿Cómo podemos enseñarles a las comunidades, el uso integral de los recursos no maderables del bosque? En el caso de los grupos originarios, no sería tan difícil ya que ellos de alguna manera lo hacen. Sin embargo, con la opción de aprovechar el bosque a través de permisos comunitarios de tala, resulta difícil desviar su atención a otros productos que el bosque genera, tal como hacían sus ancestros en tiempos pasados.

En cuanto a las comunidades campesinas, el asunto es más grave, porque ellos sólo ven la tierra que hay bajo ese bosque por lo que, para ellos, lo valioso es tener terrenos para sembrar algo y luego transformarlo en pasto para ganado y por eso talan los árboles y los queman. Es decir, el bosque tiene un valor cero para ellos. El reto es: ¿Cómo cambiamos esa percepción?

Una forma de abordar el problema, para el caso de los indígenas es impulsar y desarrollar proyectos o iniciativas que complementen el aprovechamiento forestal tales como producción de miel orgánica, frutas silvestres, plantas medicinales, zoocriaderos, ecoturismo, plantas y flores ornamentales, mariposarios, semillas, etc.  De esta forma, se complementa el uso integral del bosque generando más ingresos.

Estas comunidades se pueden organizar en cooperativas o grupos de base comunitaria para comercializar su producción de manera sostenible. Es aquí donde las ferias del bosque y la tierra juegan un rol clave para promover el uso integral del bosque y, por otro lado, vender sus productos no maderables, promover el ecoturismo y demás. Con esto, tendrían beneficios adicionales a la madera, y en algunos casos, se darían cuenta que más le produce el bosque cuando no lo cortan. Es un proceso que tomaría tiempo, pero por algo hay que empezar. Por ejemplo, en el área de Bayano, se podría organizar anualmente (una o dos veces) esta feria aprovechando el buen acceso por carretera y la presencia de grupos originarios (Comarca de Madungandí) para que expongan sus artesanías, cultura, comida tradicional, paseos por el lago, pesca, senderos ecológicos y sobre todo, los productos que generan del bosque.

En el caso de los campesinos que tienen otra experiencia de uso de la tierra, se podría promover los sistemas agroforestales, silvopastoriles, agricultura orgánica en las áreas ya deforestadas y en las áreas boscosas de sus fincas, desarrollar actividades similares a las mencionadas en el caso de los indígenas, relacionadas directamente con productos no maderables. Ellos también pueden participar de la feria del bosque y la tierra para que vendan sus productos variados. Al final, tendremos un balance entre la conservación y el uso sostenible del bosque y la generación de ingresos para ambos grupos.

Finalmente, estas ferias se pueden organizar conjuntamente con MiAMBIENTE, MIDA, la Dirección Nacional de Artesanías del MICI, el IMA y la Autoridad de Turismo de Panamá.

Teléfono : 507-203-1516 / 17
Fax :          507-317-0876

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