Autor: Carlos Gómez – Ing. Forestal
Cada año, el 21 de marzo se celebra a nivel global, el Día Mundial Forestal por lo que sería conveniente analizar en esta fecha, ¿Cómo estamos en el país en materia forestal? En cuanto a la cobertura boscosa, nos encontramos con un 44% a nivel nacional, que es una cifra aceptable a nivel regional. Por otro lado, tenemos un 37% del país bajo la categoría de áreas protegidas, lo que evidencia el grado de importancia que le damos a la conservación de los recursos naturales, hasta ahora.
En cuanto a la deforestación, lamentablemente todavía tenemos aproximadamente 2 millones de hectáreas sin bosques que requieren, con carácter de urgencia notoria, ser reforestadas. A la fecha, sólo hemos reforestado alrededor de 80 mil hectáreas. La pregunta es ¿Cómo podemos potenciar/incentivar la reforestación con fines de conservación y producción? Sabemos que esta no es una tarea fácil y barata. Sin embargo, podemos sumar a muchos actores de la sociedad que entienden muy bien que sin los bosques no tendremos biodiversidad, agua, suelos, estabilidad ecológica, todos ellos, elementos claves para el desarrollo económico del país.
Abordar los retos que nos plantea el desarrollo del sector forestal, debe hacerse tomando en cuenta 2 escenarios: Las tierras con bosques y las tierras sin bosques. En este sentido, los bosques naturales destinados a la producción forestal, sólo alcanzan unas 350 mil hectáreas, los cuales deben ser manejados con criterios de sostenibilidad.
MiAmbiente en conjunto con los pueblos indígenas en Darién, ha logrado esta meta. Falta fortalecer la gestión en las áreas protegidas, a través de la implementación de los planes de manejo. En cuanto a las tierras sin bosques, las acciones se deben enfocar en dos vías: reforestar con fines de conservación las partes altas de las cuencas hidrográficas y reforestar las partes bajas con fines comerciales. Por todos es conocida las bondades de la reforestación (cuando se realiza con criterios técnico-científicos), por lo que es imprescindible realizar cuanto antes esta actividad. Se han alcanzado importantes avances a través del Comité Nacional de Gestión Forestal, del Colegio de Ingenieros Forestales con apoyo de la ANAM, para actualizar la Ley Forestal. Se elaboró un anteproyecto de Ley que actualmente se encuentra en la Asamblea de Diputados esperando su discusión y aprobación. En esta propuesta se establecen incentivos para el manejo de los bosques naturales, la reforestación y la industria forestal. Además se fortalece la institucionalidad forestal. Se introduce la figura del Regente Forestal como una forma de mejorar la administración forestal de la ANAM. Por otro lado, la Universidad Tecnológica de Panamá, también esta contribuyendo de forma significativa al sector forestal, al crear la nueva carrera de Ingeniería Forestal que se está programando iniciar a partir del 2015, lo que permitirá aumentar la capacidad técnica nacional en materia forestal. En general, ha habido avances en algunas áreas del sector forestal, sin embargo, el reto por delante continúa siendo enorme por la presión (que aumenta cada año) hacia los recursos forestales del país. Falta alinear las políticas públicas de desarrollo cónsonas con la importancia de los bosques de forma que todos los sectores económicos vinculen sus actividades con la conservación y desarrollo del recurso forestal, y de esta forma, lograr el desarrollo sostenible que el país requiere. El establecimiento de nuevas plantaciones forestales generará empleos y contribuirá a reducir la pobreza, sobre todo en áreas rurales e indígenas, además se incorporarán tierras degradadas a la cadena productiva con productos maderables y no maderables, entre otros beneficios. En conclusión, tenemos la oportunidad de elevar nuestra cobertura boscosa a más del 50% siempre y cuando entendamos el valor del bosque y su contribución a la economía nacional.
