Viernes, 10, May, 10:12 AM

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Según los informes de las Naciones Unidas, más del 50% de la población mundial vive en las zonas urbanas, proporción que aumentará al 70% en los próximos 50 años. Por otro lado, ya no es una novedad que los efectos del cambio climático es un fenómeno mundial que está cambiando la forma de vida tanto en las áreas urbanas como rurales. El aumento de la temperatura inclusive está provocando masivas migraciones en todos los continentes ocasionando desequilibrios sociales, económicos y ambientales. Nuestro país no escapa a esta realidad. ¿Qué podemos hacer?

La planificación del desarrollo sostenible debe contemplar la variable climática en función de la vulnerabilidad del ser humano ante estos cambios por lo que es imprescindible la gestión del territorio para disminuir los impactos del calor pero también promover acciones de mitigación y adaptación tanto en el ambiente de trabajo como en los hogares.

Si observamos un mapa de la ciudad de Panamá, vemos que las áreas verdes de esparcimiento son pocas y por otro lado, también existen muchas zonas que requieren arborización y que se llenan de malezas todos los años, pudiéndose recuperar con árboles y arbustos ornamentales que generen sombra y reduzcan el calor.

Además, la plantación de árboles también contribuye a la recuperación de los bosques ribereños en los ríos y quebradas que atraviesan la ciudad, mejorando el paisaje urbano y generando un entorno agradable de esparcimiento. En general, la mejora de la calidad ambiental incide de manera directa en varios aspectos de la vida urbana, porque se reduce el estrés, la contaminación atmosférica, se purifica el aire, disminuye el ruido, menos calor, hay menos contaminación visual, y por otro lado, permite la comunicación interpersonal pues los paseos al aire libre por áreas verdes son un lugar perfecto para diversas actividades de interés social.

Se propone que se realice un diagnóstico en cada municipio del país para identificar zonas susceptibles de arborización para crear “Oasis Forestales” que tendrán como objetivo protegernos del calor y contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático que según los pronósticos, nos esperan años de mucha calor. Debemos anticiparnos y prepararnos con el establecimiento de estas áreas de amortiguamiento forestal como medida urgente de adaptación al cambio climático.

Igualmente, estos “Oasis Forestales” se pueden crear a nivel rural en donde hay más espacio disponible para expandir esta actividad con pequeñas reforestaciones con especies de árboles ornamentales y frutales y tener más beneficios para la población. Es importante considerar las escuelas y hospitales como prioritarios para atenuar el calor de forma significativa y puedan disfrutar de la naturaleza.

Es importante considerar que los proyectos de urbanización incluyan más áreas verdes y lotes más grandes para poder plantar árboles que reduzcan la radiación solar y por ende la temperatura, creando un ambiente más agradable para las personas, sobre todo para los más pequeños y de la tercera edad. Todo esto debe responder a un Plan Integral de Mitigación y Adaptación en áreas urbanas y rurales que incluya otras acciones como el uso adecuado del agua, manejo responsable de la basura, entre otros.

Son tiempos difíciles que requieren de todo nuestro esfuerzo colectivo, tanto del sector privado como público y de la sociedad en general para hacer frente común ante esos retos ambientales que amenazan la vida misma.


Por: Carlos Gómez – Ing. Forestal.

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