Viernes, 10, May, 9:02 AM

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En Panamá se ha logrado aumentar la superficie de bosques y otras tierras boscosas a un 68% y también se ha logrado reducir la deforestación de forma significativa de acuerdo al mapa de cobertura boscosa del 2021, lo que es una buena noticia y un incentivo para seguir trabajando para mantener este nivel. Sin embargo, debemos preguntarnos si en el futuro inmediato, ¿Estaremos considerando aumentar los recursos presupuestarios suficientes para el manejo y conservación de estos valiosos ecosistemas forestales? ¿Tenemos la gobernanza forestal adecuada para hacerle frente a esta enorme tarea? ¿Qué pasaría si en Panamá, sólo existiera un 5-10% de bosques? Un Panamá, casi sin bosques, sería un país sin esperanza de desarrollo y bienestar para su población. ¡Y sin canal!

Estas son las preguntas que los políticos, planificadores y tomadores de decisiones deben hacerse cuando vemos como el cambio climático afecta los bosques y cómo cada verano, aumentan los incendios forestales, se incrementa la temperatura y los rayos ultravioleta y las sequías prolongadas son cada vez más frecuentes. Los eventos extremos que afectan a los bosques amenazan no solo su estabilidad ecológica, sino sobre todo, los beneficios que ofrecen a la sociedad, como la mitigación climática, la estabilidad ambiental de las cuencas hidrográficas, el suministro de madera y productos no maderables, la regulación de la calidad del agua y del aire, el bienestar físico y espiritual además de la belleza escénica.

Por eso creemos que es urgente, que los responsables de las políticas públicas de desarrollo, visibilicen y consideren un conjunto de prioridades para la gestión sostenible forestal y la adaptación climática de los bosques, tomando en cuenta que el país tiene un ecosistema natural estratégico (bosques) que cubre más de la mitad del territorio.

En ese sentido, se propone una serie de medidas para manejar y conservar la cobertura boscosa de Panamá para que sean consideradas en los planes de desarrollo ambiental del país en los próximos años: 

  • Aumentar y financiar la gestión forestal a través de la implementación de la Ley 69 de Incentivos Forestales aprobada desde el 2017.
  • Invertir en la adaptación de los bosques al estrés climáticopara prevenir el impacto negativo de los incendios forestales y fenómenos meteorológicos extremos, que reducen o limitan los beneficios que los bosques brindan a las comunidades urbanas y rurales. 
  • Fomentar la restauración de bosques degradados para crear ecosistemas resistentes al cambio climático; capacitar a las comunidades sobre las medidas a implementar; reactivar y potenciar los viveros forestales al servicio de la reforestación y restauración forestal.
  • Evitar el cambio de uso del suelo y establecer el ordenamiento territorial de las tierras a nivel nacional y promover así la transición hacia sistemas agroforestales-pastoriles, la reforestación, la conservación forestal y el manejo forestal, además de implementar la arborización en la planificación urbana.
  • Fortalecer y trabajar de forma coordinada con los Comités de Cuenca para el mantenimiento de cuencas saludables para asegurar el recurso agua necesario para el desarrollo sostenible del país a través de un Plan Nacional de Restauración y Conservación de Bosques Ribereños.
  • Promover los corredores forestales en los paisajes agrícolas y ganaderos a escala nacional.
  • Promover la Red Nacional de Bosques Restaurados en base al Programa Nacional de Restauración Forestal e identificar los hábitats degradados que requieren acciones de restauración ecológica.
  • Apoyar la educación y la investigación forestal para el mejor uso de las especies forestales y potenciar su contribución a la economía nacional.
  • Fomentar la cadena nacional de suministro de maderapara reducir la dependencia de las importaciones; mejorar la calidad de las plantaciones forestales para aumentar la producción de madera de construcción de alta calidad; apoyar cadenas productivas de alto valor agregado en el sector forestal.
  • Fomentar el uso de madera local en el sector de la construcción para contribuir a la mitigación del cambio climático, porque retiene a largo plazo el carbono forestal almacenado en la madera y sus derivados.
  • Fomentar las plantaciones forestales en suelos degradados para producción de biomasa con fines energéticos para la exportación y generación de divisas al país.

El elemento clave para implementar todas estas acciones prioritarias anotadas: la gobernanza forestal. Muchos estudios y diagnósticos se han escrito y la mayoría coincide en que se debe volver a un instituto forestal como lo era el antiguo INRENARE. Este es el primer paso.

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El autor es ingeniero forestal.

Teléfono : 507-203-1516 / 17
Fax :          507-317-0876

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