Autor: Carlos Gómez – Ing. Forestal
Las consecuencias de la pérdida de la cobertura forestal de los suelos producen impactos negativos en los bienes y servicios ambientales que producen estos ecosistemas naturales disminuyendo también, la calidad de vida de las comunidades asociadas a ellos. ¿Cómo podemos restaurar y conservar los ecosistemas forestales de nuestros suelos?
Una de las actividades que contribuye significativamente a este propósito es la reforestación y la agroforestería. Cuando plantamos árboles con fines de conservación, estamos contribuyendo a mejorar el entorno natural mediante la creación de espacios para la biodiversidad, proteger los suelos y las fuentes de agua, para el esparcimiento humano y creación de barreras contra catástrofes naturales, entre otros. Por otro lado, cuando plantamos árboles con fines de producción forestal, estamos contribuyendo al desarrollo del sector forestal con nuevos bosques productivos para cubrir necesidades de productos forestales diversos tales como madera y sus derivados.
No debemos olvidar que asociados a los árboles, existen un sinnúmero de otros productos no maderables que también juegan un rol productivo muy importante. Nos referimos a la producción de artesanías, cultivo de flores silvestres, producción de miel forestal, establecimiento de zoocriaderos de animales silvestres, ecoturismo forestal, entre otros. Todo esto se puede lograr a través del establecimiento de sistemas agroforestales como complemento a la reforestación.
No cabe la menor duda que las actividades de reforestación ya sea para conservar o producir bienes y servicios ecológicos, es una relación ganar-ganar tanto para el ambiente como para el ser humano. También es importante resaltar que no debe haber diferenciación entre especies nativas y exóticas en las actividades de reforestación porque las mismas se escogen según los objetivos y las condiciones del suelo y clima, entre otras. Un ejemplo de esto son los pinares que hoy tenemos en la Reserva de La Yeguada en la provincia de Veraguas, en donde el deterioro del suelo era tal que las especies nativas no tenían condiciones para su adecuado crecimiento. Sin embargo, para el caso del Pino Caribe esta situación no limitaba su desarrollo.
A esto hay que agregar que muchas plantaciones forestales tanto de especies nativas como exóticas, no han recibido suficiente asesoramiento técnico forestal en su establecimiento y manejo y por esa razón, se crean percepciones erróneas sobre determinadas especies. Esto es producto de que la reforestación no se ha desarrollado plenamente como en otros países y en consecuencia se cuenta con una cultura forestal incipiente. La actividad de reforestación con fines de producción es una actividad comercial de largo plazo que requiere de incentivos sobre todo en los primeros años. Sin embargo, existen proyectos forestales de corto y mediano plazo con buena rentabilidad como por ejemplo la producción de biomasa para energía, la cual es una opción interesante principalmente porque es neutra en carbono.
Actualmente existe una gran cantidad de tierras sin bosques a nivel nacional que necesitan cobertura forestal para evitar su degradación y pérdida. Por esto, reforestar significa: luchar contra la sequía y la desertificación; protección de ecosistemas y su biodiversidad; defensa contra incendios, plagas y enfermedades; mantenimiento del potencial productivo del suelo; uso social, recreativo y cultural del bosque; diversificación del paisaje rural y urbano y generación de alternativas económicas que disminuyen la migración de las personas hacia las áreas urbanas.
Hoy día muchas empresas a nivel local e internacional, están comprando tierras e invirtiendo en reforestación porque el árbol se valoriza todos los años por su crecimiento y también aumenta el valor de la tierra en que crece. Esta actividad también puede ser una alternativa de inversión para otros sectores como los gremios profesionales y sindicales, cooperativas, etc. Creo que hasta la misma Caja del Seguro Social puede invertir en reforestación para asegurar los fondos futuros de jubilación de la gente.
Tenemos la oportunidad para generar empleos, restaurar el ambiente y dejar un Panamá verde con condiciones de vida aceptables para las futuras generaciones. Aprovechemos nuestra rica diversidad de especies forestales para reforestar y crear nuevos bosques en nuestros suelos y de paso reducir también nuestras emisiones de carbono.
